Del éxito web a la rentabilidad: tres modelos de negocio para un proyecto online

Emilio Márquez, CEO de Networking Activo

Un millón de visitantes únicos al mes en una comunidad activa puede resultar un tesoro atractivo para los anunciantes, pero también convertirse en una tremenda pesadilla para los gestores de contenidos digitales y webmasters.

En los comienzos de Internet en España, no fueron precisamente pocos los websites hoy grandes que temieron por su viabilidad al no poder soportar los costes económicos derivados del incremento del tráfico de ancho de banda en sus servidores web. Es lo que popularmente se conoce como morir de éxito.

Desde finales de los noventa y prinipios de la pasada década, la situación ha cambiado para el beneficio de los emprendedores en el ámbito digital, gracias a la reducción de costes de infraestructura que posibilitan recibir grandes afluencias de público en comunidades digitales. El ritmo acelerado de evolución de Internet y todas sus tecnologías asociadas ha permitido que los problemas que antaño resultaban graves ahora pasen a un segundo plano.

Cuando el tema técnico se olvida y el crecimiento se produce de forma constante, la mayor preocupación del emprendedor de proyectos online debe ser encontrar la manera de rentabilizar su éxito. Y no es fácil, sobre todo cuando son proyectos inéditos e innovadores. El caso de Twitter y su tardía aproximación a la publicidad como medio de financiación es uno de los mejores ejemplos. La red de microblogging crecía en tráfico y no encontraba manera de rentabilizarlo.

Las redes sociales son un buen canal para comprender lo importante que es para un negocio llegar al mercado conociendo las que deben ser las bases de su modelo de negocio. En el plan de empresa es clave que se valore al menos dos (mejor más) maneras para explotar el negocio una vez que esté en marcha y comience a generar trafico. Se pueden establecer múltiples modelos de negocio para un proyecto web, pero considero que tres son las principales vías.

1. Por un lado, el modelo de negocio estándar es el publicitario.

2. Después nos encontramos con el comercio electrónico, que se puede practicar tanto de manera directa vendiendo productos como a través de una marca blanca (un e-commerce externo vende bajo nuestra marca).

3. Por último, podemos ofrecer a nuestros clientes servicios de pago o premium que aporten valor añadido al producto. Aquí entra en juego el modelo freemium, esto es, ofrecer gratis el producto o extras pero incorporando sistemas por suscripción.

Estos tres modelos de negocio no son excluyentes, pues se pueden complementar entre sí con bastante facilidad. Una web especializada en una temática concreta puede utilizar su marca para vender productos a través de un comercio electrónico ya establecido, y ampliar mercado por suscripción lanzando aplicaciones para la lectura de contenidos exclusivos (no ofrecidos en abierto) desde dispositivos como los móviles y las tabletas.

Apostar por estas tres vías generará una situación de contrapeso favorable que compensará a la empresa cuando uno de los frentes de ingresos decaiga significativamente. Incluso soy de los que piensan que se debe arriesgar y ser original cuando se está tratando de explotar comercialmente un modelo de negocio que no es tradicional. La experiencia me dice que Internet avanza muy rápido, por lo que las ideas brillantes se quedan obsoletas en poco tiempo.

Viajar desde el éxito web hasta la rentabilidad no es tarea fácil. El primer paso para conseguirlo es planificar desde el primer minuto diferentes modelos de negocio aplicables a nuestro proyecto. Una correcta agenda de desarrollo de negocio ayudará a lograr este objetivo.


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