Microsoft comenzará a avisar a sus usuarios del servicio de correo electrónico Outlook si tiene alguna prueba de que el gobierno de algún país se encuentra espiando la bandeja de entrada de sus clientes o ha intentado acceder a la cuenta de forma ilegal.
El cambio realizado por los de Redmond en sus políticas de seguridad viene dado por la polémica surgida tras el caso de espionaje realizado entre el 2009 y 2011 por diversos gobiernos asiáticos a sus cuentas de correo gratuitas. Por aquel entonces, Microsoft tan solo recomendó a sus usuarios un cambio de contraseña en lugar de informar de la realidad. Desde aquel entonces la compañía ha estado señalada y ha decidido tomar cartas en el asunto.
Dos exempleados de Microsoft comentaron por aquel entonces que el programa espía fue instalado en el año 2009. Tuvo que pasar dos años hasta que la compañía Trend Micro lo descubriera. El programa se aprovechaba de un fallo de seguridad del correo de Microsoft para reenviar los correos electrónicos recibidos a una tercera cuenta de forma transparente, sin dejar huellas.
Microsoft no participó en el entramado de espionaje, pero cuando se enteró de lo sucedido, en lugar de alertar a sus usuarios, decidió no contar la verdad y proponer tan solo un cambio de contraseña mientras ellos solucionaban el bug en sus servidores. La investigación de la compañía descubrió como culpable a una red china llamada AS4808 que ya se había visto implicada en otras campañas de espionaje según descubrió en su momento el gobierno de Estados Unidos.
Microsoft ha indicado en un comunicado el motivo por el que se han tomado las nuevas medidas de seguridad y alerta. También explican a su manera el por qué no lo hicieron anteriormente: “Debido a que el panorama de las amenazas ha evolucionado, nuestro enfoque también lo ha hecho y ahora iremos más allá de las notificaciones y guías para especificar si creemos razonablemente que el atacante está ‘patrocinado por un Estado'”.
Noticias relacionadas
-
Por un “océano cibernético” limpio sin phising ni malware
-
El fin de las contraseñas y los tokens criptográficos
-
GDPR al rescate tras la crisis de Cambridge Analytica y Facebook