El 50% de los empleados (casi el 60% en el caso de los empleados clasificados como talentos digitales) invierte por su cuenta, con su propio dinero y en su tiempo libre, en el desarrollo de sus capacidades digitales. Esta es una de las más llamativas conclusiones que se extraen del informe ‘Digital Talent Gap’ realizado por Capgemini junto con LinkedIn sobre la demanda y la oferta de talento con competencias digitales, a través de los datos recogidos entre 1.200 empleados y directivos de diversos sectores empresariales y países, incluyendo España.
Llama la atención la preocupación de los empleados por la obsolescencia ya que ésta puede conducir a su salida de la empresa. Según pone de manifiesto el informe, el 29% de los empleados a nivel mundial cree que el conjunto de sus competencias ya está obsoleto o que lo estará en uno o dos años; muy similar a la proporción en España que así lo considera (33%). Sin embargo, cuando el horizonte se amplía a cuatro y cinco años, las percepciones de los empleados son más pesimistas: el 38% considera que estará desactualizado en este plazo de tiempo, proporción que se dispara en el caso de España hasta el 47% de los empleados (nueve puntos más que la media mundial).
Desde una perspectiva sectorial, el 48% de los empleados del sector automovilístico temen que estarán desactualizados a cuatro y cinco años. Detrás se sitúan el sector bancario (44%), el de utilities (42%) y los de telecomunicaciones y seguros (en ambos, el 39% de los empleados).
Parece que la mejor solución a este problema es la formación pero nada más lejos de la realidad. Según se pone de manifiesto en el informe, los empleados consideran que los programas de formación de las empresas no son demasiado eficaces. Más de la mitad de los que ya tienen talento digital considera poco útiles los programas de formación o que no se les da tiempo suficiente para aprovecharlos Cerca de la mitad (45%) describe los programas de formación de su organización como «inútiles y aburridos». La opinión de los empleados en España está en línea con la media mundial en los tres criterios, si bien sorprende la actitud de los empleados de Reino Unido y EE. UU, muy por encima. En estos países, un 71% y un 63%, respectivamente, opina que la formación ofrecida por su empresa no le ayuda a mejorar sus habilidades digitales; un 64% (en ambos) que su empresa no le da tiempo para formarse; y un 57% y 58% que los programas de aprendizaje son aburridos.
Así las cosas, los temores por obsolescencia de las competencias junto con la desconfianza en los esfuerzos que realizan las empresas para formar a sus empleados, podrían provocar que estos opten por abandonar su puesto de trabajo. De hecho, más de la mitad (55%) de los que ya tienen talento digital afirma que están dispuestos a cambiar de empresa si siente que sus competencias digitales se estancan y cerca de la mitad (47%) se plantearía cambiar a otra empresa que ofrezca mejores perspectivas de desarrollo de sus competencias digitales. Los empleados españoles son de los más dispuestos a cambiar de empresa en ambos casos: un 63% lo haría si se siente estancado, sólo por detrás de Reino Unido (70%) y EE. UU. (66%), mientras que un 55% optaría por cambiar a una compañía con una mejor propuesta formativa, sólo por detrás de La India (70%).
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