La digitalización ha llegado a nuestras vidas y oficinas, para quedarse en el primeras, para sacarnos de las segundas. Herramientas como Internet, la conectividad omnipresente a través de los smartphones o la disponibilidad ilimitada por medio de correo electrónico o WhatsApp son las responsables (o culpables) de que la hipermencionada transformación digital esté calando en lo más profundo de las empresas, pero también en los trabajadores. Pero, ¿cómo es el trabajador de la transformación digital?
Habitualmente hablamos de que ha de ser una reconversión no sólo por fuera, sino por dentro, en todos los estamentos de la empresa pero en lo que respecta a los trabajadores, la mutación es total. Y se nos hace tarde porque la empresa del siglo 21 es ya el presente.
Los últimos informes hablan de un crecimiento del número de empleados en el ámbito de las tecnologías de la comunicación y la información (TIC) del 40%, sólo en 2016, según el último informe de la consultora Adecco. En la misma linea caminan los datos de la Unión Europea que estiman que hasta 2020 se crearán 900.000 nuevos puestos de trabajo tecnológicos. Para la patronal de empresas tecnológicas, AMETIC, entre 2013 y 2017, el número de empleos TIC debería haber aumentado en 300.000 –si se aplican las políticas de apoyo adecuadas.
¿La digitalización destruirá puestos de trabajo?
El debate sobre si la transformación digital creará empleo o lo destruirá, como decía otro reciente informe del World Economic Forum presentado en el mes de febrero durante la Cumbre de Davos, no acaba de zanjarse.
“Nosotros lo que creemos es que la transformación digital va a crear empleo neto, lo que sí es que va a haber cambios en la mayoría de las ocupaciones”, responde a Baquía Esther López Durán, directora de formación de la Fundación Tecnologías de la Información (FTI) de AMETIC.
La transformación de los modelos de negocio por la integración de las tecnologías y sistemas digitales tiene que ir acompañado de una redefinición de los puestos de trabajo.
“El futuro, que ya está aquí, es un presente 100% digitalizado en el que los trabajos más ligados a la manufactura o la burocracia son sustituidos por la robótica debido al desarrollo de la inteligencia artificial que va a dejar se estima unos 7.000.000 de trabajos actuales. Pero sabemos que se implementan trabajos nuevos, aún por identificar, pero siempre ligados a las nuevas tecnologías”, explica Raquel Roca, autora del libro “Knowmads, los trabajadores del futuro” en una entrevista publicada recientemente.
La transformacion digital es un hecho en todos los sectores de la sociedad, por lo que la tecnologia será la mayor fuente de empleo técnico en la nueva economía, coincide la portavoz de FTI.
“La variedad de las nuevas profesiones en el mundo digitalizado son infinitas, y desde luego van a surgir otras que aún no conocemos”.
Hoy en día encontramos tecnología en todos los sectores. Los perfiles cambian si es una PYME o una multinacional pero inevitablemente se tiene que dar un cambio en los procesos de negocio a todos los niveles.
¿Qué perfiles de trabajador triunfan?
“En el mercado tecnológico los perfiles laborales son más multidiciplinares que en otros” señala la responsable de formación de la FTI. Destacando la necesidad de captación de profesionales con currículums y competencias en las STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) tanto a nivel universitario como de FP. “Y acompañado de otras competencias que cada vez se fomentan más, en el área de los negocios como de herramientas tecnológicas”.
Desde el área de formación para profesionales de la patronal TIC, apuntan hacia los programadores como la especialidad “más necesaria a todos los niveles”. Mientras el auge del big data y su aplicación en las empresas hace que cada vez más se reclamen profesionales para diversos frentes: análisis de datos, científicos de datos, consultores orientados al business inteligence,…
Y lo mismo ocurre en el entorno de los contenidos digitales, destaca López Morán, con especial atención al mundo de los videojuegos –una industria que superó en 2015 los 1.000 millones de euros en facturación según datos de la AEVI (Asociación Española de Videojuegos)— y la que hay que sumar los 14,5 millones que el sector sumará con la irrupción de los eSports (práctica profesional del videojuego como deporte) en nuestro país.
Un tercer frente es el de la ciberseguridad, recuerda López Morán, cuyo uso en el entorno empresarial se está generalizando y “va a cotizar muy alto”.
Transformación digital del trabajador
Hay cosas que cambian, y otras que no. López Morán considera que sigue estando muy presente en cuanto a las cualidades del trabajador del futuro la cuestión de los idiomas, más en un mercado cada vez totalmente globalizado como el actual donde las relaciones son cada vez más online.
Pierden relevancia aspectos que antes pesaban mucho en una entrevista laboral como el aspecto socioeconómico del candidato, su formación académica y la experiencia previa. Y empiezan a apreciarse otras capacidades propias de las tendencias en los nuevos modos de relaciones laborales que se imponen hoy en día como “el trabajo colaborativo”.
Quien va a tener mejor empleabilidad serán esas personas que sumen a sus conocimientos técnicos, otras habilidades blandas.
Raquel Roca, añade unas facetas que considera van a marcar la diferencia en los trabajadores del futuo, las denomina habilidades blandas. Se trata de esas capacidades tan variadas como la paciencia, el trabajo en equipo, la capacidad de innovación, que una persona sea creativa, alguien que de un problema que todavía no sabes cuál va a ser vaya a tener la capacidad de resolver futuribles problema, puede ser la paciencia o la capacidad de ver el bosque, no solamente los árboles.; la comunicación, saber decir las cosas que te entienda tu equipo, al usuario,… Una serie de capacidades que tenemos ahí pero que ni en las escuelas, colegios y universidades nos han ayudado a potenciar.
¿Estamos preparados en España para la empleabilidad digital?
Parece ser que aún no. “La formación continua es necesaria y muy importante en este proceso”, afirma la directora de formación de FTI. Precisamente por la propia esencia de la tecnología que avanza muy rápidamente. “Y así ocurre en las competencias, cambian y hay que ir adaptándoles continuamente, por lo que desde las empresas tiene que dar formación a sus empleados”.
“La digitalización trae a las empresas una mayor productividad, pero si las empresas no emplean a los trabajadores adecuados o no apuestan por esas nuevas competencias, van a perder competitividad”
Y existe siempre el riesgo de que se siga produciendo la maldita fuga de talento tan habituales en los sectores tecnológicos de nuestro país. “Si tenemos un retraso en la transformación estamos poniendo en riesgo la creación de puestos digitales para trabajadores cualificados que podrían ser absorvidos por otros países”.
“Se va a seguir creando más empleo del que se destruye, pero no en todos los países por igual. Ahí está nuestro reto: tenemos que tener gente bien preparada pero también darles oportunidades, en lo que respecta a educación pero también en las empresas”, concluye López Morán.
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