La noticia es ya mucho más que un rumor y, a pesar de las voces de sus inversores de capital riesgo que abogaban por un precio de Skype más allá de los 10.000 millones de dólares, las negociaciones, según los que están cercanos al trato, está entre los 2 y los 3.000 millones. Una pena! apenas habrán sido capaces de generar entre 300.000 y 500.000 millones de las antiguas pesetas en menos de dos años. Skype ha creado en ese intervalo de tiempo unos 200 puestos de trabajo directos y algo más de 1.000 indirectos. El problema es que, potencialmente cuanto menos, sus planteamientos de comunicación de voz y vídeo pueden dejar en la cuneta 100.000 puestos de trabajo de la industria tradicional de las telecomunicaciones. Más que abrir un debate sobre la conveniencia o no de tamaño desaguisado en las industrias tradicionales, habrá que establecer un nuevo marco de acción que permita, a través del uso masivo de tecnologías flexibles y terriblemente baratas, generar nuevos modelos de negocio que, de nuevo, sirvan para compensar los que se pierden.
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