Esther Dyson fue quien primero habló de ello. Internet son conversaciones. Lo más interesante es que, como hay que trabajar y yo rara vez estoy en la oficina menos de 10 horas, tengo también reuniones fuera y comidas, dichas conversaciones, se ven interrumpidas por el ritmo habitual de trabajo. Posts y conversaciones con lectores se encadenan interrumpidamente, para desarrollar diálogos que, antes de Internet, eran poco probables. Dejo caer una idea y me voy a una reunión, vuelvo y veo que tengo 3 comentarios, uno en especial me llama la atención y, cuando tengo un momento tranquilo, media hora más tarde, le contesto. El diálogo puede durar días pero en intervalos de no más de 3 a 5 minutos. Requiere un entrenamiento multitarea dejando un pequeño resquicio siempre para imprevistos. Hace la vida más interesante y las conversaciones, a menudo, mejores que las que somos capaces de plantear cara a cara. La interrupción puede servir para cambiar una postura antes de contestar un post. Así que, Esther, además de conversaciones, Internet es un diálogo interruptus.
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