La burbuja de Internet explotó en el 2.000 porque, la realidad, tenía poco que ver con las expectativas. Se tachó luego a las empresas de Internet de no “saber crear valor real” ni aprender a “ser rentables”. La actual crisis financiera se me antoja el mundo al revés. A fuerza de ser superrentables y crear gran valor -aunque ahora aprendamos que era ficticio- los bancos de inversión se han hecho de oro y han hecho de oro a unos cuantos. Se me antoja que, si bien es verdad que muchas empresas .com estuvieron sobrevaloradas durante los momentos iniciales, eso ocurre con todo producto, proyecto, modelo de negocio que crece por encima de la media de forma palpable. Cuando entra en juego la codicia todo se desmadra. Si este colega mío, que era menos listo que yo en el MBA se ha hecho de oro, yo tengo que hacerlo mejor y doblar el oro que obtenga. Es una espiral maléfica cuyos resultados estamos viviendo estos días. Desde el punto de vista de Internet, para mi hay dos parámetros básicos que hay que controlar:
- El crecimiento explosivo
- Las ventas por empleado
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