En la época de Internet pre-boom, sobre el año 1.999, muchos consultores de grandes empresas tipo McKinsey se presentaban con un Plan de Negocio que daba hipo de lo bien hecho que estaba. La pena es que no tenía nada que ver con la realidad. Las hojas de cálculo, los supuestos, todo estaba perfectamente razonado y presentado en un formato que impresionaba y daba ganas de invertir. En la mayoría de los casos consiguieron la financiación que buscaban y menos de un 0,5% llegaron a construir un negocio de futuro. Tiene mucho que ver con mi post anterior sobre China. Este tipo de consultores tiene una gran capacidad y preparación pero representan un porcentaje muy bajo -de élite eso si- de la población y sus gustos y aficiones y, sobre todo la forma de percibirlos, tienen poco que ver con el resto de los mortales. Sus modelos de negocio, brillantes sobre el Plan, dejan mucho que desear cuando se aplican en la realidad. Por eso me gustan los equipos con una buena mezcla de preparación y cercanía al cliente objetivo.
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