Está empezando a pasar. Ejecutivos “EREados” de alto calibre que han colgado su CV en la red, en vez de con un Head Hunter, y están decididos a una “travesía en solitario”. Han quedado exhaustos y decepcionados de su última aventura empresarial en una gran multinacional y quieren ayudar a “crecer” empresas con su conocimiento y, en algunos casos, con una inyección del “cash” que han sacado en su salida anterior. Son gente con amplios conocimientos sectoriales, en ocasiones con capacidad de liderazgo pero algo perdidos en el caótico mundo de una start-up. Me empiezan a llamar y, a pesar del poco tiempo del que dispongo, intengo verme con ellos. Nunca se sabe donde puede haber un diamante en bruto para una de nuestras start-ups. Triunfar en una gran empresa no es garantía de hacerlo arremangándose al lado de un emprendedor. Son entornos distintos y la tensión creativa -muy motivante por una parte- genera conflictos a los que no se está acostumbrado en una multinacional. Hay un perfil que busco especialmente, gente experta en la gestión de vendedores, son raros de encontrar y difíciles de conseguir y las start-ups, en general, tienen una grave carencia de este talento.
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