En las empresas hay quienes “hacen” lo que dicen que van a hacer y aquellos que siempre saben como explicar el porque no lo han hecho. Son los profesionales de este latinajo: “excusatio non petita accusatio manifesta”. Explican antes de que se les inculpe porque, en el fondo saben que no han cubierto su responsabilidad.
Quizás una de las virtudes más buscadas en un gestor es saber distinguir a los que dicen lo que van a hacer y lo hacer y aquellos que rápidamente saben explicar porqué no lo han hecho. El otro gran problema es el voluntarismo “prometer imposibles” es la mejor forma de no cumplirlos y, sobre todo en temas de gestión de tesorería y en una start-up es clave poder contar con una visión realista de los próximos 3, 6 y 9 meses. Más allá es casi siempre imposible de predecir hasta el momento que, consolidado el modelo, produzca ingresos recurrentes muy previsibles.
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs