Podemos estar trabajando 18 horas diarias, no tener tiempo para nada y, sin embargo, no ocuparnos de las cosas importantes. La tendencia natural del emprendedor es tratar de hacerlo todo enseguida, a ser posible el/ella mismo/a. Tienen una ocupación febril y, precisamente por ello, no encuentran nunca tiempo para pensar en lo importante.
Internet permite la prueba a bajo coste. Hay que probar muchas cosas hasta tener un modelo de negocio ganador en el que haya “quién pague por qué cuando”. Mientras solo conseguimos usuarios -que no clientes- el modelo está incompleto y necesita una focalización importante en el modelo que debe conseguirse. Eso es importante aunque nunca parezca urgente hasta que ya es demasiado tarde.
Recomiendo a todos mis emprendedores que, con una frecuencia mínima de cada 15 días, se cojan una mañana o tarde libre solo para pensar. Coger distancia con el día a día es lo más importante. Hay que saber, durante unas horas, evitar el problema acuciante del servidor caído y pensar en cómo vamos a convertir nuestro proyecto en un negocio rentable que escale y nos producza una satisfacción constante.
Pensad bien antes de actuar. A veces os podeis ahorrar mucho dinero y tiempo…
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs