He leido en algún sitio que EE.UU. a principios de los años 1900 tenía una economía mayoritariamente agrícola. Más del 60% de su PIB dependía del agro. A finales del siglo pasado, al parecer, produciendo mucho más productos del campo que nunca, la repercusión de este sector en la economía estadounidense apenas representaba el 3% de su PIB.
¿La reflexión? Una economía moderna depende cada vez más de los servicios y de una industria moderna que, por desgracia, emplea menos gente cada año. Esta mañana hablaba con un amigo y me contaba un caso concreto en su pueblo. Una empresa que hace 30 años daba trabajo a 300 personas hoy, produciendo mucho más, apenas necesita 30 trabajadores. Todos los procesos están robotizados, los diseñadores trabajan como “free lance” desde sus casas y solo se mantiene el equipo mínimo de gestión y procesos. Es una empresa eficiente que, a pesar de ello, hoy trabaja al 30% de su capacidad total.
Por ello mi reflexión es que, a pesar de que hay que cambiar la estructura de nuestros modelo económico, es muy difícil, con empresas rentables por lo eficientes, compensar los puestos de trabajo que se pierden en procesos que se van quedando obsoletos a diario.
Eso nos da una clara idea de cuanto necesitamos “emprender” de nuevo y fomentar start-ups de todos los sectores para disponer de un tejido moderno, con múltiples servicios entregados por gente que trabaja desde su casa o desde una pequeña empresa y, con la conectividad de Internet como red de soporte a tales procesos productivos.
Hay que hacerlo todo para cambiar este país a una nueva senda de crecimiento.
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