El País de hoy dedica una página entera a hablar de los riesgos personales que significa la computación en nube y se pregunta ¿Que parte de nuestra identidad podemos o queremos perder en la nube? Yo creo que la pérdida del control de nuestra identidad en la red es algo anterior al uso de la nube y tiene más que ver con las redes sociales y las aplicaciones 2.0 que donde esté realmente la información.
Lo que está pasando es que, queramos o no, nuestra identidad es cada día más accesible desde cualquier punto de la red y tenemos menos potestad sobre lo que se diga o no de nosotros. ¿Merece la pena tratar de impedirlo? ¿Es posible hacerlo? Me temo que es muy difícil, a menos que seamos unos hackers de cuidado, y que es una pérdida de tiempo el intentarlo.
De todas maneras, la red termina llegando a cualquier extremo de la información personal a la que tenga acceso y ya son unos cuantos los que \”no están en la red para que la red no sepa de ellos\”. Con el tiempo, hasta la información de quienes no estén en ella circulará por la red. Su única diferencia es que ellos -desprovistos de acceso- no lo sabrán.
Creo que es peor.
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