Un fundador de empresa no tiene porque ser un gran gestor. A veces, la misma creatividad que ha aportado en idear su lanzamiento, es un obstáculo para hacerla crecer y rentabilizarla. Los americanos, tan prácticos como siempre, han inventado docenas de títulos para emprendedores que dejan el mando de su barco a otro gestor más experimientado.
Chief Idiologist, Chief Yahoo, Top thinker…son algunos de ellos. Lo importante es que se quiere contar con su ingenio y capacidad creativa pero los inversores necesitan poder confiar en un buen gestor que consiga resultados.
Si se hace bien, el fundador de la empresa vuelve a ser su mayor activo a pesar de no entrar en la gestión, se convierte en el abogado de los clientes en quién mantiene con ellos las mejores conversaciones y quién convence al nuevo Consejero Delegado de lanzar nuevos productos que ha ideado.
¿Que opináis? ¿Cuando debe el fundador de una empresa ceder el paso a un gestor profesional?
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