Palabra de honor

Dicen los antiguos que se acordaban negocios con solo estrechar la mano y mirar a los ojos a tu socio. Ya no es así, desde luego. Hoy hay que ponerlo todo por escrito y estar dispuesto a discutir cada punto y cada coma. ¿Porque hemos perdido la capacidad del compromiso con un aprentón de manos?.

Quizás es que el mundo se haya vuelto más complejo y sea más difícil estar de acuerdo en nada pero, quizás con cierta inocencia todavía en mí, me gusta llegar a un acuerdo que, al estrechar la mano, se haga firme y que luego, si hay que discutir términos sean temas marginales pero que no se vuelva sobre el terreno ya acordado.

Me pasa con emprendedores, pero también con socios, en algún momento, entienden mi trato cercano como algo que se estira como una goma y pretenden dar un apretón más. La cuerda se rompe. Si me puedo fiar de ellos en el momento inicial, cuando todo está por hacer y no ha surgido ninguna dificultad realmente importante, ¿qué pasará cuando, indubablemente, tengamos desacuerdos de importancia?

La mayoría de inversores no entiende de valoraciones de Internet. Enrique Barreira, Director General de DaD, les suele explicar la diferencia entre la física de Newton y la cuántica. Ambas son válidas pero en entornos diferentes, a niveles de los átomos, la newtoniana deja paso a la cuántica y tratar de utilizar una para medir el entorno para el que no fué creada, no sirve de mucho.

Me gusta poder confiar en mis socios y tanto emprendedores como inversores lo son…


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