En Internet rozamos ya el segundo billón (americano claro) de personas y la tendencia natural de los publicitarios y marketinianos es pensar en un gran mercado. En realidad, Internet es un lugar de tribus, más o menos grandes, cambiantes, itinerantes y dispersas que hacen que el marketing no sea nunca obvio.
Las redes sociales, por ser catalizadoras de tribus, son los entornos más adecuados para estudiar sus movimientos y entender sus “movidas”. Por eso, estas redes, más allá de su aspecto lúdico, tienen un componente tribal de gran importancia para el marketing del futuro. Pocos entienden bien el entorno, cuando más aprendo menos entiendo aspectos marginales que, casi siempre, me son mostrados de forma casual por algún conocido o amigos “twittero” en una de sus -140 caracteres- minireferencias.
En una Economía de la Atención, todos tenemos muy poca y es fácil seguir el ruido en vez de entender la sustancia. Hay un negocio pendiente que, en principio podría ser el ámbito de los medios tradicionales, que es el de la información a medida.
En Internet un contenido se tiene que vender mil veces para que sea rentable. Muy barato claro…
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