Una de las grandes ventajas de Internet es el cambio de los modelos de negocio de manera rápida y sin gran coste de reestructuración. Cuando se empieza una empresa de Internet, por muy claro que se tenga el modelo inicial, siempre hay que profundizar en variables o cambios radicales que, en contacto constante con el cliente, vemos posibles o incluso necesarios. Tener foco, algo muy demandado por los inversores, no debe significar que no miramos a ningún lado y, sobre todo, que no escuchamos lo que nos dicen nuestros clientes.
El primer año de una empresa de Internet tiene que estar intensamente ocupado en un contacto constante con el cliente, estudiando sus necesidades y aprendiendo que es lo que más valora de nuestra oferta y lo que realmente busca en nuestro entorno. Nos llevaremos siempre sorpresas.
Por ello es importante que toda la empresa esté volcada en el cliente y conozca, a diario, los resultados de las conversaciones que mantengamos con ellos. En los modelos ya consolidados en otros países, la tendencia es a olvidarlo ya que se cree que todo está ya inventado en ese ámbito, pero también en este tipo de modelos puede haber mejoras locales que el modelo general no contempla y que pueden diferenciarnos de los posibles competidores que simplemente copien el modelo original.
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