Menestro vuelve con este interesante post:
No estoy de acuerdo en esta ocasión contigo Rodolfo. No es una cuestión de sobrevivir cuando lo que se hace es prolongar un modelo caduco y destinado a extinguirse. Es como las sangrías de los médicos en la antigüedad, ante la falta de conocimiento del mal, se debilitaba al enfermo para provocar una reacción del propio organismo. Y ya sabemos lo que pasa cuando no se sabe que enfermedad se tiene o no se conoce el remedio.
Ninguna empresa que adelgace costes en esta crisis va a sobrevivir. Parece mentira que la gente hable tanto de la sociedad del conocimiento y no se den cuenta que la gestión del mismo es el segundo capital de la empresa. Quien no tiene las claves y el conocimiento, en la actualidad no podrá gestionar eficientemente su capital financiero y desaparecerá.
En un medio rico y abundante prosperan y obtienen beneficios los más débiles. En un medio como el actual, la empresa que no sea eficiente y productiva – y porque no decirlo, profesional – tiene menos futuro que una heladería en el desierto del Sahara.
Seguro que alguno piensa que nada apetece más que un helado en el desierto, y que los países del ecuador deben ser los mayores mercados de este producto. Cada cual es libre de crear sus propios espejismos. Yo ya he visto demasiadas empresas importantes hundirse en España y aun así no deja de sorprenderme la miopía empresarial de este país.
Es algo cultural supongo. Demasiados años de bonaza, demasiada suerte. Los sentidos se embotan y las empresas cada vez están en una rama más fina.
No es una cura de adelgazamiento lo que necesitan algunas empresas. Es un cambio de chip y bastante más ejercicio, alias productividad.
Pero eso es imposible cuando la cultura empresarial reside en un capital humano que cree que es campeón olímpico por correr 100 metros en 30 minutos. Demasiados autoengaños. En España todo el mundo subsiste actualmente esperando resultados a largo plazo. Esa es la única estrategia, la pasividad y tiempos mejores.
Creo que muy pocos se han parado a pensar en cómo afrontar la situación si las cosas realmente van a peor. Supongo que saliéndose del juego y enganchándose a otra corriente. Creo que lo he visto demasiadas veces. Y luego está el optimismo fatuo el \”estamos seguros de estar a la altura de la circunstancias y nuestro globo no pierde aire\”
Me encantaría encontrar una empresa que hubiese obtenido buenos resultados o mejorado durante la crisis, más que circunstancialmente. Alguna hay. Pero la verdad, sería más justo con la gente que pone su futuro en manos de las expectativas decirles que las cosas van a ser mucho más difíciles, y no aptas para aventuras. Mejor eso que seguir haciendo sonar la música. Es más justo con los vulnerables.
Esto solo es el comienzo de la sangría.
Parece un poco de mala fe o ese catastrofismo tan de moda, pero yo lo llamo purgarme de culpa, u honestidad.
Mi comentario:
En realidad si estás de acuerdo conmigo, Menestro, aunque no con el título de mi post si con su contenido porque, en realidad, mi argumento es que adelgazar puede (o no) ser necesario pero eso no salva la empresa, lo que está claro es que dar el salto al SIGLO XXI es la clave que pocas empresas entienden. Tampoco la productividad únicamente es la solución, a veces se puede ser productivo en lo que no aporta valor y se dejan de lado nuevas iniciativas para cambiar el rumbo de la empresa.
Estoy de acuerdo contigo en que, muchos años ya de comida fácil, han hecho que muchos se vuelvan poco eficaces y no estén dispuestos a darlo todo por salir adelante. Hoy me han hablado del cierre de una empresa que tiene casi 200 años. ¿Que no habrá pasado en ese tiempo, peor que ahora? y sin embargo, no sobreviven a este crisis. ¿Porque? ¿Generaciones más flojas al timón?
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