Quizás el mayor problema que tengamos los “muy conectados” -gente como vosotros, como yo que estamos en casi todas las movidas sociales online- es una posible desconexión con el mundo real, el mundo que impera todavía hoy, en la calle, a pesar de lo que creamos unos cuantos. El estar en media docena de redes privadas no es el estado natural del ser humano, no tener problema alguno con tener una imagen pública en la red, no es el estado natural de todos.
El cliente, nuestro/vuestro cliente, no es como nosotros y en conocerles nos va el negocio. Debemos ser capaces de involucrar en nuestras decisiones a “gente normal” -no es que nosotros no lo seamos pero tenemos una predisposición a la comunicación que no comparten muchos de nuestros clientes- por ello es tan difícil muchas veces “ver” lo que realmente está esperando nuestro cliente.
Cada vez es más obvio cuando, sin rechistar, le dedicamos horas que no tenemos a actualizar un PC, descargar una nueva aplicación o simplemente aprender a usar un nuevo entorno de comunicación que nos parece imprescindible y que, a la mayoría de nuestros amigos/conocidos del resto de los entornos de trabajo, les deja absolutamente fríos.
No debemos creer que todos son mujeres y hombres de la red, seguimos siendo una minoría, creciente eso si, pero minoría absoluta todavía.
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