Enrique Dans y Julio Alonso os lo cuentan claramente en sus blogs. Voy a intentar distanciarme de la polémica técnica y ahondar en la problemática de negocio que plantea esta malparida ley que no satisface más que a cuatro gatos que viven de antiguos feudos.
¿Os imagináis un entorno, como explica muy bien Julio en su blog, en el que los ISP´s y sus departamentos jurídicos se vean expuestos a una situación de vacío legal en el que tengan que tomar una decisión de cortar o no el acceso a Internet a un cliente suyo?. Está claro que, tratando de no correr riesgos, van a dejar a su cliente sin conexión y luego ver que dice el Juez.
Este tipo de menoscabo de la actuación de cualquier empresa en Internet nos hace volver a la Inglaterra que se encontró Margaret Thatcher cuando llegó al poder y se encontró, por ejemplo, que los trenes eléctricos llevaban todos dos \”maquinistas adicionales que provenían de las antiguas máquinas de carbón\”. La historia es de todos conocida, la Dama de Hierro luchó contra todas las prerrogativas sin sentido y, a pesar de varias huelgas feroces de los sindicatos, terminó ganando la batalla.
La ley Sinde es mala legalmente y crea inseguridad jurídica inaceptable pero, sobre todo, no tiene lógica alguna en una economía, más digital cada día, que busca nuevos modelos de negocio para crecer.
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