Por si cinco días sin servicio no fueran una mancha lo bastante grande en la reputación de Sony, la empresa japonesa ha admitido ahora que el ataque contra la red de la PlayStation 3 ha puesto en peligro información de los usuarios, desde nombres hasta los números de sus tarjetas de crédito, pasando por contraseñas, direcciones o fechas de nacimiento. Por el momento no se sabe cuánto ha descubierto la "intrusión ilegal y no autorizada".
Unos 77 millones de personas utilizan la PlayStation Network, por lo que el ataque podría haber sido uno de los más fructíferos que se conocen en lo referente a robos de datos personales, en plena era de preocupación por la privacidad y cuando una caída accidental de los servidores de Amazon ha hecho que nos replanteemos la seguridad de los servicios en línea.
Las críticas a la compañía no se han hecho esperar, por mucho que la empresa haya encargado una investigación externa y prometido remodelar la seguridad de sus sistemas. En un comunicado posterior en el blog de PLayStation, Sony aclara que desconectaron los servicios de PSN y Qriocity al descubrir el ataque el 19 de abril, y tardaron varios días en determinar el alcance del problema, es decir, en descubrir que los datos de facturación podrían haberse filtrado.
La empresa intenta así calmar a los indignados usuarios, que le acusan de haber ocultado el alcance de la brecha de seguridad durante casi una semana. En los comentarios a los comunicados hay tanto comentarios agradeciendo la información como duras críticas a Sony, y el ocasional usuario señalando sus planes de vender la PS3 y comprarse una Nintendo 3DS o una Xbox 360. También hay quien pregunta por sus trofeos.
Sony ha habilitado una página de preguntas frecuentes (en inglés) sobre la crisis, mientras intenta determinar hasta dónde ha
Este ataque llega en un momento crítico para Sony, que intenta promocionar sus nuevas tabletas y su próxima consola portátil, la NGP, mientras intenta compensar una cierta impopularidad provocada por sus campañas contra los hackers que revelearon el código de la PS3 o los usuarios que instalaron Linux en las consolas. A principios de mes, el colectivo Anonymous atacó algunas de las páginas de PlayStation y la propia PSN en defensa de los hackers de la PS3, pero el grupo ha negado tener nada que ver con este ataque a gran escala.
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