Que Windows Phone 7 no estaba vendiendo mucho no era ningún secreto. No hay más que llevar a cabo una investigación de andar por casa y contar cuántos smartphones Android y iPhone se ven a lo largo del día por cada WP7… si es que se ve alguno.
Pero ayer, durante el congreso Worldwide Partner Conference que Microsoft celebra en Los Angeles, el consejero delegado de la empresa, Steve Ballmer, reconoció públicamente la decepción que ha supuesto WIndows Phone 7, que no ha pasado de una "pequeña presencia" en el mercado.
Todo fue bien mientras Ballmer repasó las cifras relacionadas con las líneas de negocio tradicionales de Microsoft, como las 400 millones de licencias vendidas por WIndows 7 en dos años, los 100 millones de licenicas de Office en el mismo periodo, o las 50.000 empresas que han probado el servicio cloud de Office 365 en dos semanas.
Pero cuando llegó el turno del sistema operativo para móviles, Ballmer -con su peculiar humor- admitió que "Hemos pasado de una cuota pequeña a una cuota pequeña". Sin perder el optimismo, matizó: "pero este ha sido un año horrible. Veremos un montón de progreso en este mercado".
No es de extrañar la preocupación de Ballmer. Las últimas cifras de la consultora Nielsen sitúan la cuota de mercado de Windows Phone 7 en los EEUU en el 1%, muy lejos del 38% de Android y el 27% de Apple… E incluso del 9% que aún conserva WIndows Mobile.
Y tal vez los buenos augurios de Ballmer sobre el futuro son de un optimismo excesivo, si tenemos en cuenta que su aliado para intentar remontar en los smartphones es Nokia, otro que no pasa precisamente por sus mejores momentos.
En cualquier caso, a Microsoft siempre le quedarán las licencias para segir haciendo caja. Incluso con los teléfonos que venden otros.
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs