En plena oleada de leyes cada vez más restrictivas con los derechos digitales, encontramos un soplo de aire fresco, que concede a los usuarios el derecho a hacer algo a lo que otros estamos acosumbrados: hacer copias de sus discos.
Aunque nos podemos imaginar que los británicos llevan bastante tiempo pasando sus discos a formato digital para llevarlo en el iPod, o mezclando las canciones en discos para el coche, hasta ahora no se les había reconocido oficialmente el derecho a hacer copias de los discos ópticos que habían comprado.
Se espera que el secretario británico de negocios, Vince Cable, apoye hoy una modificación en las leyes de derechos de autor para permitir que los usuarios copien sus archivos y los compartan con su familia, además de una excepción que autorice los vídeos de parodia o basados en canciones protegidas, como el vídeo que el año pasado emulaba el sueño dorado de Silicon Valley sobre una canción de Alicia Keys, o el sinfín de reinvenciones sobre la ya famosa escena de Hitler gritando en El Hundimiento.
Las autoridades han admitido que el cambio llevará la legislación "al mundo real", donde a los usuarios ni se les pasa por la cabeza que meter su música en un dispositivo portátil pueda ser ilegal. Eso sí, los británicos seguirán sin poder compartir esos archivos con otros particulares en Internet, como ocurre en España.
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