Roger L. Easton, el principal inventor del sistema de posicionamiento global (GPS), se ha unido a una campaña de la Electronic Frontier Foundation y otras organizaciones contra los planes de la Administración Obama de colocar un dispositivo GPS en un vehículo para poder rastrearlo sin orden judicial.
Esta campaña en favor de la privacidad y las libertades civiles ha comenzado con una batalla legal, iniciada después de que agentes del FBI colocasen un dispositivo GPS en un coche y lo rastreasen durante un mes sin orden judicial. Aunque un tribunal de apelaciones determinó que esa práctica es anticonstitucional, el Gobierno recurrió y el caso ha llegado al Supremo de Estados Unidos.
Easton, que tiene 90 años, es uno de los firmantes de un documento remitido al Tribunal, que explica en términos técnicos la tecnología GPS y enumera los precedentes legales de su uso en un intento de convencer al juez de que prohíba su empleo sin órdenes judiciales.
"Si se permite a la policía colocar dispositivos GPS donde le plazca, es básicamente una autorización para vigilancia policial amplia y sostenida sin ninguna supervisión judicial", indicó en un comunicado la directora legal de la EFF, Cindy Conhn. "No es difícil ver cómo podría abusarse de esa libertad de acción".
Por su parte, el Center for Democracy & Technology, otro grupo de derechos digitales, señaló que "(el GPS) es tan diferente de la observación humana y genera datos tan precisos e invasivos que cruza las expectativas razonables de privacidad de la persona media, incluso en la vía pública".
El Tribunal no revisará el caso hasta el 8 de noviembre, y su decisión podría llegar el año que viene. Entre tanto, no nos extrañaría encontrar más polémicas, ya sea en EEUU o el resto del mundo sobre el control que quieren ejercer las autoridades y las fuerzas de seguridad frente a las reclamaciones de privacidad de ciudadanos y grupos de derechos.
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