No puedo remediarlo. A pesar de las veces que lo he hecho, sigo apasionado por el proceso de entrada en el accionariado de una empresa. El emprendedor y su start-up me ponen. Que queréis que os diga, me encanta el reto de hacer de una compañía, que es poco más que una idea, una realidad global. Un gran éxito.
Por eso es tan diferente lo que hacemos. No somos inversores financieros puros, nos gusta ayudar al emprendedor a mejorar su modelo de negocio, buscar el equipo que lo haga posible y abrirle todas las puertas que podamos. Hay que ganar dinero, claro, para eso nos pagan nuestros inversores pero ninguna empresa participada se debe sentir abandonada. Luchamos con ella siempre y tratamos de tener una imagen del objetivo final que sea coincidente con la del propio emprendedor.
En estos momentos de dificultades se nos acercan empresas que nos piden que participemos, sin poner dinero, pero para poder contar con nuestra ayuda. Lo hacemos muy rara vez porque nos tiene que poner su modelo y tener una gran fe en el/la emprendedor/a.
Podemos ser la diferencia entre una PYME y un gran proyecto global. No lo olvidéis….
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs