Cuando hablamos de integración entre tiendas online y offline, lo normal es dar el salto del ladrillo al digital. Salvo que seas el mayor comercio electrónico del mundo, en cuyo caso se invierte el proceso.
La página Good eReader afirma que Amazon abrirá en los próximos meses una tienda física en la zona de Seattle, donde tiene su sede.
Por si alguien se pregunta si la infraestructura de tiendas físicas no interferirá con el modelo de ahorro de costes que permite a Amazon mantener sus precios bajos, señalaremos que no van a vender TODO su gigantesco catálogo de electrónica, discos o juguetes. En cambio, la tienda tendrá un estilo más próximo al de una tienda Nespresso que al de un Mediamarkt, por poner ejemplos un poco exagerados.
En su pequeña tienda, Amazon venderá dispositivos Kindle, libros físicos de su línea Exclusive (autores independientes que sólo publican con ellos) y complementos para sus lectores y tabletas, que como saben sus usuarios no son precisamente gangas como el cacharro en sí o los libros digitales con los que rellenarlo.
De esta manera, la tienda física deja de ser la forma principal de venta para convertirse en una experiencia "premium", como quien visita una Apple Store, que es sin duda la referencia en el sector. No se trata de resolver necesidades prácticas, como con esos casilleros de recogida en los 7eleven que vimos hace unos meses, sino de convertir Amazon, y sus productos, en una marca fina y respetable. Veremos si funciona.
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