Samsung, fabricante de algunas de las pantallas mejor consideradas del mundo, ha anunciado que convertirá su departamento de televisores en LCD en una empresa independiente, para aislar el resto de su negocio de una división en pérdidas.
El auge de las televisiones LED y las pantallas OLED (de las que Samsung fabrica una parte considerable) ha convertido los modelos con LCD, tan celebrados hace apenas un par de años, en un "plan B" con el que conformarse cuando uno no puede permitirse las preferidas.
Sin embargo, este departamento de Samsung sigue siendo uno de los mayores productores de televisores LCD del mundo, y la compañía espera poder reanimar el negocio, quizá fusionando la nueva empresa con otras filiales de fabricación de componentes para dispositivos más pequeños.
La decisión de Samsung llama la atención si la comparamos con la postura de Sony, que sigue aferrada a su división de televisores a pesar de que nunca ha sido rentable, y le cuesta un ojo de la cara a la compañía japonesa, pese a las buenas críticas de sus dispositivos.
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