Pronunciar el nombre de Instagram es evocar una de esas historias de éxito de Silcon Valley que parecen el equivalente moderno del cuento de hadas. Lanzada con medios y personal modestos, esta aplicación para retocar y compartir fotos causó sensación desde el principio y pronto tenía cinco millones de usuarios – pese a temer sólo cuatro empleados, que no tardaron en convertirse en 7 el pasado agosto y ahora en 27 milllones.
Sus fundadores han aprovechado el festival de música y tecnología South By Southwest (más conocido como SXSW), donde saltaron a la fama servicios como Foursquare, para ofrecer un primer vistazo a su muy esperada aplicación de Android. No olvidemos que el brillante éxito de Instagram se limita de momento a los dispositivos Apple.
Hace más de un año que Instagram promete dar el salto al sistema operativo de Google, pero parece que el lanzamiento está por fin próximo. Aunque no hubo una demostración completa, el cofundador Kevin Systrom mostró un dispositivo con un prototipo de la aplicación.
El prometido salto a Android no es la única tarea pendiente de Instagram. La compañía está pensando en ampliar su imperio al nuevo Windows Phone de Microsoft, disponible en dispositivos como los Lumia de Nokia. Y aún tiene que resolver ese detalle de encontrar un modelo de negocio.
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