Knowdle: en busca de la beta del bienestar

Hace años que venimos oyendo hablar de la Sociedad de la Información. Pero lo cierto es que el concepto se ha quedado atrás, hasta el punto de que podemos sustituirlo por el de Sociedad de la Hiper Información, o de algo tan paradójico como la Sociedad de la Desinformación.

¿Por qué? La respuesta es sencilla: simplemente, la información nos desborda.

Cuando la información desinforma

Desde el ciudadano medio, expuesto a diario a toneladas de impresiones publicitarias, noticias y todo tipo de referencias, hasta el Big Data, el concepto que aglutina el torrente de datos digitales procedente de todo tipo de fuentes (desde la Web, el vídeo, el correo electrónico o las redes sociales hasta sensores industriales o biológicos, entre otras muchas), es innegable que vivimos bajo un flujo abrumador de datos.

Excesivo e imparable, ya que la proliferación de tecnologías, conexiones, dispositivos y usuarios cada vez más activos no hace otra cosa que aumentar la cantidad de ruido. En palabras de Juan Zafra, “Las empresas deben asumir que el mundo se ha convertido en una conversación global”.

Y al sobrepasarnos de tal manera, la información pasa de útil a inútil; o cuando menos, a desaprovechada.

¿Cómo poner orden en todo esto? ¿Cómo convertir toda esa masa de información en conocimiento? ¿Cómo desarrollar una nueva industria en torno a ese conocimiento “procesado y digerido”? Y lo más importante: ¿es posible soñar con una industria así en España, sin tener que mirar con envidia lo que se hace en otros países?

En torno a todas estas cuestiones gravita Knowdle Consortium Group, una asociación empresarial que pretende mejorar la competitividad de las pymes mediante el uso de la Inteligencia Artificial y los sistemas cognitivos abiertos bioinspirados.

¿¿Sistemas bioqué??

Un sistema bioinspirado es aquel que toma como modelo la naturaleza, que por algo lleva millones de años demostrando que sabe encontrar soluciones eficientes a problemas complejos. No hay más que fijarse, por ejemplo, en la forma en que las hormigas encuentran y transportan la comida, a través de un proceso de inteligencia colectiva que beneficia a toda la comunidad.

En Knowdle están convencidos de que la naturaleza es la mejor maestra para resolver desafíos complejos, esos que plantea la Sociedad de la Híper Información. Por eso, uno de sus principios de acción se basa en buscar inspiración en nuestro entorno, ese al que damos la espalda con demasiada frecuencia en un mundo dominado por los plásticos y el silicio.

Los sistemas bioinspirados se convierten así en oportunidades de negocio para las empresas que no son ciencia ficción… aunque a primera vista lo parezcan.

Kapps: las aplicaciones del conocimiento

Para dar a a conocer sus actividades y presentarse en sociedad, Knowdle organizó el pasado 28 de marzo la “1ª Jornada Nacional de Conocimiento Bioinspirado aplicado a la empresa”, celebrado en el Centro Think TIC de Logroño. Allí pudieron escucharse sus principios, metodología y objetivos.

Aldo Olcese, Presidente del Comité Organizador de la jornada, resumía en su presentación el core de la filosofía de Knowdle: “La Economía del Conocimiento debe ser impulsora de la Sociedad del Conocimiento. La sociedad de la información debe transformarse en la Sociedad del Conocimiento“

Knowdle metas

Olcese también recordaba el peligro de que desaparezca la innovación en las pymes, un elemento de generación de bienestar y riqueza que podría quedar monopolizado por las grandes empresas respaldadas por subvenciones o departamentos de I+D. Por eso, Knowdle no quiere perder el contacto con la pyme, ni siquiera con el emprendedor.

Otro de los pilares en los que se sustenta Knowdle es el conocimiento abierto. “La información es más valiosa cuanta más gente la conoce”, remarcaba Gerardo Roger, Vicepresidente de la asociación.

Pero cuidado, porque no hay que confundir conocimiento libre con gratuito. De lo que es gratuito resulta imposible generar un modelo económico. Por eso, para crear una Economía del Conocimiento tiene que existir un concepto claro del valor de las cosas.

¿Cuándo un conocimiento tiene valor económico? Cuando es útil para el usuario. ¿Y cómo tendrá lugar la transición hacia esa Economía del Conocimiento? Mediante la robotización del conocimiento a través de KnowBots, procesos que transformen información (datos) en conocimiento.

Y aquí es donde llegamos al meollo del asunto: la generación de Kapps (Knowledge Applications), o Aplicaciones del Conocimiento. Una Kapp es la unidad final y tangible resultante de todo ese proceso de destilación de la información. Un conocimiento por el que el usuario esté dispuesto (utilidad) a pagar (economía) una pequeña cantidad a través de un micropago, a cambio de una aportación de valor.

En busca de la beta del bienestar

Bien. Si todo esto sale adelante, llegaremos a estar ante una nueva industria, la producción de Kapps, sustentada en los tres vértices de un “triángulo virtuoso” (Olcese):

– Empresas y Usuarios.

– Modelización matemática / Inteligencia Artificial.

– Dinero, el engranaje necesario para que todo esto funcione.

Una nueva industria basada en la nueva economía e integrada en la economía tradicional, de forma que las fronteras entre ambas se difuminen, algo inimaginable hace algunos años.

Una nueva industria en la que la oferta tradicional (ciertos sectores productivos) se convierta en demandante de conocimiento, que le ayude a salir del marasmo en que se encuentran industrias como, por ejemplo, los medios tradicionales, incapaces de interactuar correctamente con este nuevo escenario de conversación global.

Un nuevo escenario en busca de "la beta del bienestar", según la definición de Felipe García, presidente de Knowdle y alma mater del proyecto. Un nuevo escenario donde la inteligencia colaborativa ayude, en tiempos de crisis, a gestionar la escasez.


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