Un emprendedor debe dar ejemplo a su gente. Si exige mucho y da poco el resultado es siempre nefasto. Los emprendedores que triunfan es, en muchos casos, porque su gente les imita y, entre todos, crean un espíritu de empresa que les lleva más allá de lo que pueden alcanzar por separado.
Una start-up en la que la gente se vaya a la hora exacta del cierre puede estar muy bien gestionada pero, en mi experiencia, algo falla. Siempre hay algo más que hacer y nadie se va a casa en hora. Puede no ser más que un detalle pero hay que investigarlo. Eso no quiere decir que todos tengan que hacer 14 y 15 horas de trabajo pero, casi siempre, muchos terminan haciéndolas, empezando claro está por el propio emprendedor y CEO de la empresa.
Si la gente llega a la conclusión de que el emprendedor es un “vago”, el tema está muy mal, nadie se esfuerza y poco a poco la moral decae. No siempre se trata de echarle horas pero cuando estas son pocas…malo
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