Ya no pasa un día sin que alguien me llame para explicarme que quiere lanzar una nueva "aceleradora", crear un grupo de Business Angels o participar en una de las asociaciones regionales de los mismos. Hemos pasado de la apatía total a un pequeño movimiento inversor distribuido por toda la geografía nacional.
Todavía estamos a años luz de podernos comparar con Alemania, Francia o Inglaterra -por supuesto muy lejos todos de EE.UU.- pero el entorno mejora y ya va habiendo mucha gente que quiere empezar a estudiar operaciones en empresas del siglo XXI y entender mejor oportunidades y riesgos.
Invertir en pequeñas startups es una buena forma de aprender y, si lo hacemos con criterio, es muy probable que tengamos hasta un 20% de éxito en las inversiones que hagamos. Los socios de DaD, poco a poco, se han ido convirtiendo en inversores que, con DaD y a veces directamente, invierten en empresas muy en su inicio.
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