El primero suele ser el entorno familiar. "¿Cómo vas a dejar un empleo en el que te pagan tan bien? ¿Estás loco, solo una de cada cien empresas triunfa? ¿Cómo vas a pagar la hipoteca?". La primera dificultad es atravesar el acantalido de nuestro entorno más íntimo.
Luego, tienes que convencer a un equipo de un par de profesionales que te complementen, y tienes que negociar con ellos sus participaciones, su sueldo de los primeros dos años y las responsabilidades de cada uno. Todos tienen que estar convencidos y dispuestos a sufrir unos años. Nada sencillo.
Finalmente, el último acantilado inicial, tienes que convencer a los inversores y "venderles" el proyecto. Y por si fuera poco, tienes que demostrar que lo que dijiste es verdad, y ejecutar el plan lo más cercano posible a las previsiones.
Y no hay que olvidar el acantilado de la pérdida de confianza de éstos si el negocio va mal y les necesitas para convencerles de seguir apoyándote. No todos tienen madera de emprendedores.
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