Los roces del siglo XX

La banca española, una de las más avanzadas del mundo informáticamente, todavía usa los grandes sistemas creados el siglo pasado. El salto al siglo XXI es, en su caso, un paso difícil de asumir por los millones de clientes y miles de millones de transacciones que se hacen a diario.

Si esto es así en la Banca, uno de los sectores más punteros, lo que pasa en los demás sectores es todavía más increíble. Venimos de soportar el que una simple actualización del software nos pueda llevar una mañana entera, y todavía no tenemos suficientes sistemas sustitutivos en la nube que mejoren nuestra experiencia de usuario.

Cuando digo que está todo por hacer me refiero a este estado de cosas en el que aceptamos imprecisiones y mal servicio de una informática anticuada y unos sistemas que hoy pueden -y deben, creo yo- ser diferentes.


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