Desde hace unos días circulaba por la red la idea de que la compañía de Tim Cook pudiera estar pensando en fabricar un iPhone de bajo coste; en otras palabras, que Apple creara versiones “chinas” de su propio iPhone, rebajando la exclusividad de lo que significa el “tener un iPhone”, pasando a tener un “smartphone a secas” , como mucha más gente.
Con esta inicitiva, y según advirtieron medios como The Wall Street Journal, la empresa querría ampliar su cartera de mercado en países con menores recursos económicos, ahorrando en la fabricación de los iPhones con componentes más baratos o reutilizados, cambiando, por ejemplo, la cubierta de aluminio por una de plástico.
Sin embargo, el responsable de marketing de Apple, Phil Schiller ha descartado la idea de un iPhone de gama baja durante una entrevista para el Evening News de Shanghai. El directivo de Apple desmintió los rumores acerca de un posible iPhone barato y señaló que, aunque la cuota de mercado de Apple entre los smartphones haya descendido al 20%, aún poseen el 75% del negocio.
Es verdad que China es uno de los mercados más importantes para la compañía de la manzana. De ahí que Apple esté negociando actualmente con China Mobile para introducir su iPhone en el mercado chino a través de la operadora de telefonía móvil más importante del país asiático.
Los iPhone son como los automóviles. Quien tiene un coche de alta gama lo tiene no porque corra más o sea más seguro, sino por lo que conlleva una marca, un estilo, una exclusividad, un caché. Si existiese un Mercedes accesible a todos los bolsillos, la compañía probablemente perdería su prestigio. Lo mismo ocurre con los iPhones y el resto de productos Apple: son productos estrella, algo que la gente compra porque, además de ser de calidad, son una firma.
Aceptémoslo: los de la manzana siempre han sido dispositivos de gama alta y parece que, por el momento, eso seguirá siendo así.
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