¿Han dejado de ser eficaces los códigos QR?

En los últimos meses, nos hemos visto inmersos en una marea de códigos QR (Quick Response). Raro es el cartel publicitario o el anuncio en periódicos y revistas que no incluya uno de estos populares “mosaicos”. Desde supermercados hasta empresas de organización de funerales se han sumado a esta moda.

Scan qr

El inicio de los códigos QR se remonta a 1994, cuando Denso Wave, una filial de Toyota, desarrolló estos códigos como una manera de rastrear vehículos y para analizar los componentes a altas velocidades. Denso Wave concedió la licencia libre de esta patente, e incluso publicaron sus especificaciones permitiendo que cualquiera pudiese usarlos.

Pero como todos sabemos, libre no siempre significa bueno, y un claro ejemplo de ello podrían ser los códigos QR. Inicialmente, los códigos QR se presentaron a las marcas como una curiosa alternativa para interactuar con los productos del mundo real aprovechando el creciente mercado móvil. Sin embargo, son muchos los que pronto se han dado cuenta de muchas de las limitaciones de esta tecnología.

No es que los códigos QR sean una opción horrible. También tienen sus ventajas y aplicaciones. A nivel de marketing, por ejemplo, se traducen en la mente de los consumidores como "haga clic aquí". Además, son la herramienta perfecta para acciones muy específicas, como canjear un código de cupón.

Sin embargo, son también muchos sus inconvenientes. Social Media Today ha publicado un artículo con algunos de ellos:

1.- Los códigos QR son bastante feos estéticamente y poco atractivos a la vista, estropeando carteles y siendo bastante difíciles de conjuntar con la imagen, el diseño o los colores de una marca.

2.- Su uso es muy limitado. Sólo son capaces de traducir una cadena de texto que envía a los usuarios a un sitio web. Si pretendemos enviar a los usuarios a un contenido más avanzado, como una ID de Facebook, el procedimiento nos va a resultar bastante más complicado.

3.- Traen muchos dolores de cabeza a los impresores, ya que tanto si queremos aumentarlos o disminuirlos deben conservar una escala minuciosamente perfecta.

4.- Debido a que cualquier usuario sin ningún tipo de conocimiento puede hacer uso de ellos, hemos pasado a verlos como un método menos profesional y más de a pie.

5.- Pasada ya la novedad, y cuando la acción de escanear un código y ser redireccionados al momento a un sitio web ya no nos resulta tan emocionante, el número de consumidores que se toman la molestia de sacar su teléfono móvil para fotografiar el código es mucho menor, a no ser que realmente la publicidad despierte en ellos un gran interés.

6.- El ojo humano siempre será mucho más sensible que la cámara de un smartphone. Si un posible consumidor se encuentra subido en un vehículo o caminando con prisa, es prácticamente imposible que su teléfono capte el código de forma correcta. Sin embargo, memorizar una página web y teclearla al momento en nuestro navegador siempre es una opción más fácil.

7.- Muchas de las tecnologías alternativas, como Near Field Communications (NFC) y el reconocimiento visual (VR), son cada vez más viables comercialmente, superando muchos de los inconvenientes de los QR.


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