Dentro de unos tres años, ya no veremos debates sobre los beneficios del cloud computing y los servicios y aplicaciones en la nube. Simplemente, porque habrá tal cantidad de servicios soportados a través de algún tipo de infraestructura en la nube que sencillamente será redundante referirse a ellos como "cloud computing".
En lugar de estos debates, los CIOs y departamentos técnicos se preocuparán principalmente del Big Data, preguntándose, por ejemplo, cómo conseguir mejores accesos a los datos y extraer conclusiones de ellos.
Esta es la opinión de Shawn Kingsberry, CIO de Recovery Accountability and Transparency Board, una organización dependiente del gobierno de los EEUU que se ocupa de controlar los fondos destinados a la recuperación del empleo y la economía de ese país desde la apobación de la ley American Recovery and Reinvestment Act (ARRA) en 2009.
Hoy en día, el cloud computing puede considerarse como una forma nueva de suministrar los servicios que los departamentos IT llevan produciendo durante los últimos 30 años. Sin embargo, dentro de tres años esto que hoy todavía es una novedad será asumido como normal.
"El verdadero foco estará en cómo conectar paquetes dispersos de datos y convertirlos en información inteligente que se ofrezca a los clientes de un modo más innovador", explicaba Kingsberrry durante su intervención en el foro US Public Sector Federal Executive, organizado por Microsoft la semana pasada en Washington.
Otro de los asistentes al congreso, Malcolm Jackson, CIO de la Environmental Protection Agency, comparó el concepto de cloud computing con un servicio de telefonía móvil basado en la nube: "A los usuarios no les importa qué hardware o software utiliza el servicio, sólo quieren que funcione".
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