¿No sería una pasada tener nanorobots que, manejados en una pantalla por dentistas especializados, hicieran su trabajo sin que el paciente se diera cuenta? Nada de tirar del diente: si hubiera que quitarlo, unos nanobots provistos de nanorayos láser lo harian, átomo a átomo, sin verter sangre alguna y sin dolor para el paciente. El dentista, mientras tanto, podría tener su centro dental en Canarias.
La medicina ha avanzado mucho pero, con la llegada de la nanotecnología médica, vamos a ver avances espectaculares en los próximos años. Desgraciadamente, mis dientes no podían esperar tanto y se han ido "the old fashion way", con el dentista y el paciente -este servidor- sudando tinta.
De momento, los diabéticos parece que van a poder aprovechar pronto sus ventajas.
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