Eso no quiere decir que seamos tan optimistas que creamos que podemos competir con Google y ganar. Una gran dosis de realismo tiene que ver con la capacidad del equipo que hayamos sido capaces de juntar a nuestro alrededor, el modelo de negocio que hayamos diseñado y la realidad del mercado que queramos atacar.
Hay que tener cuidado con los "cenizos", van por los pasillos sembrando dudas y sin contribuir con ideas nuevas ni creatividad a mejoras del modelo. Todo es negativismo en ellos. Las empresas grandes puede absorber unos cuantos sin problemas, las start-ups no. En las empresas que inician su recorrido el 80% debe ser entusiasmo y positivismo, algo que hace posible lo imposible. El otro 20% debe ser realismo crudo.
Por ello es tan importante, desde el inicio, conocer bien al equipo y apartar del mismo a elementos distorsionadores que, como vampiros intelectuales, merman las fuerzas del resto deprimiéndoles.
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