La red del futuro o el futuro de la red: RedIRIS 25 aniversario.

El 1 de febrero de 1989, aún me quedaban tres asignaturas para terminar la carrera de informática en la UPM, José Barberá, Director en Fundesco del Programa IRIS (Interconexión de Recursos Informáticos) me contrató de postmaster. Fue el inicio de otra pasión de mi vida: Internet. La otra es escribir, poesía especialmente, pero esa es otra historia. Y el inicio del embrión de lo que ha sido y será la red nacional académica y de investigación: hoy RedIRIS.

Al poco tiempo, ese mismo año, hicimos las primeras Jornadas en Santander. Éramos un pequeño grupo. Junto con Pepe Barberá, Carlos Blánquez, Iñaki Martínez, María Bolado, Celestino Tomás y yo. En 1988, apenas un año antes, Juan Riera (dit.upm), Francisco Ros (fundesco) y Ramón López Arenosa (mec), lograron que el Plan Nacional de I+D aprobara el programa de desarrollar una red de datos que interconectara todas las universidades españolas.

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Trabajé hasta casi febrero de 1995, promoviendo muchísimas actividades, el último año en el CSIC, antes de irme a la empresa privada como Director Técnico de Servicom. En aquella época impulsé la creación de los grupos de trabajo en los que este año he participado activamente desde otro plano, con una tremenda ilusión. En abril de este año, 2013, 25 años después de aquello, Knowdle Foundation & Research Institute, mi pequeño gran logro, lograba la aprobación como el 466 Centro de la Red Académica e Investigadora en la que me “formé” profesionalmente y sin duda, humanamente.

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En una época en la que en aquellos grupos de trabajo se fraguaron grandes amistades, como la foto: “Gusrodri”, “Femenia” o “Rogelio”.

El lunes presentamos la ponencia:

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Tuve la gran oportunidad de presentar en los grupos de trabajo desde los fundamentos de nuestro modelo de economía del conocimiento hasta la arquitectura de WeBioCloud, nuestro motor de inteligencia colectiva, sus aplicaciones al Big Data y el futuro sobre la arquitectura FIWARE.

El miércoles por la tarde, mi querido amigo José Femenia, de la Universidad de València me invitó a participar en su mesa redonda:

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En ella promovimos la idea de introducir el debate que titula este post. Desde la forma y el fondo. 25 años después hemos de afrontar un nuevo y profundo cambio.

Cuando empezamos, todos coincidimos, tuvimos que hacer un esfuerzo por interconectarnos, una conexión física, luego lógica y cómo no, humana. Entre todos, probábamos todo lo que aparecía novedoso en internet.

Gopher, Archie, … hasta las primeras Webs…. era apasionante… estar creando … formando parte del futuro de Internet… de la internet del futuro… la velocidad, y la interconexión nos acercaba a lo más puntero de la red.

25 años después la red dejó el mundo investigador y académico y llegó al mundo comercial… hoy internet lo es todo y ha desbordado la sociedad y nos ha hecho sociales… y da paso, propicia las revoluciones sociales.

Somos sociales, ubicuos, … estamos ante los albores de la inteligencia colectiva. Era normal que mis dos amores tecnológicos, inteligencia artificial e internet, flirtearan en KNOWDLE hasta formar una “pareja de hecho”. La desbordada pasión de esa relación nos ha permitido avanzar en la verdadera economía del conocimiento y en el primer motor de inteligencia colectiva de internet.

Una internet del conocimiento, inteligente y sabia abre el principio de los próximos 25 años. Ya no será una red meramente de infraestructuras, todos estamos de acuerdo y convencidos que la futura red será la red del talento, del trabajo colaborativo que dio vida a Internet en los grupos de trabajo de la ISOC, en el IETF, en España en RedIRIS.

RedIRIS2, puede ser un buen anagrama, debe enfocarse en buscar el valor y su potencial en mejorar nuestra forma de trabajo, nuestra calidad de vida, en base a la inteligencia social que seamos capaces de transferir y transmitir. RedIRIS2 “the living network”… suena bien…

En Knowdle Foundation & Research Institute hemos demostrado que el incremento de conocimiento no siempre genera incremento de inteligencia, pero que la inteligencia colectiva siempre genera un valor, por pequeño que este pueda ser o parecer. Inteligencia Colectiva, lo que tú sabes y yo no sé, lo que yo sé que tú no sabes, es la base de la futura red, esa red de talento que deberá, sin duda, mejorar y trabajar en infraestructuras. Esas “autopistas de información” que recuerdo en una charla en Oviedo eran aún “caminos de cabra con tracción a las cuatro patas”, hoy en RedIRIS ya estamos apuntando a autopistas del conocimiento, a las futuras autopistas inteligentes. O autopistas de inteligencia. Ese es el dilema, y yo me apunto por: autopistas de inteligencia en autopistas inteligentes.

El reto es utilizar su potencial en inteligencia real y medible, en la sabiduría que nos permita mejorar la sociedad, y especialmente el planeta, el entorno en el que vivimos. No en vano, Knowdle Foundation & Research Institute nace bio-inspirado, por que nuestra Tierra lleva más de 3,8 millones de años evolucionando y aprendiendo.

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Hay que ser autocríticos y ver que otra forma de jornadas, como el ZincShower, que patrocinamos en KNOWDLE, permite unir creatividad y tecnología, ocio y aprendizaje, innovación y desarrollo sostenible, y mucha, mucha inteligencia colectiva. También debemos darnos cuenta que la tecnología nos desborda y que los jóvenes universitarios e investigadores van muy por delante de nosotros. Llevan más ancho de banda puesto que el que nos podíamos imaginar hace 25 años, llevan más capacidad de procesamiento junta que toda la que pudiéramos sumar en toda la red hace 25 años… y no necesitan un cable dónde conectarse… no saben que son las tuberías de Internet… “internet is in the air, is everywhere”.

No olvidemos, “The Net Works”, y ya estamos en esa generación en la que el futuro llega mucho antes de que estemos preparados para él. Como suelo contar en mis charlas y conferencias, los niños ya nacen con su propio dispositivo móvil integrado, la evolución humana, según Darwin, es mucho más lenta que la evolución electrónica…. Pronto nadie sabrá distinguir un ser humano de un robot. ¿Os parece ciencia ficción? Yo creo que no… La realidad siempre supera la ficción.

Tuvimos la ocasión, entre charla y charla, de visitar el museo de “historia” de RedIRIS. ¡Qué recuerdos! En la foto podéis ver el viejo “groucho”, bueno, realmente su sucesor. El anterior, dónde inicié mis primeros pinitos como “postmaster” de RedIRIS y por el que pasaba casi todo el correo electrónico a las universidades españoles de/hacia Internet bajo un protocolo que ya nadie recuerda denominado X.400 y un software llamado EAN. El sistema operativo: VMS, de Digital. ¡Cuantas horas pasamos él y yo juntos! Poco después fuimos pasando a máquinas UNIX e incorporando a “harpo” y “chico”… “más madera, decíamos entonces…” Todo ello gracias a la labor de “arqueología digital” de Francisco Monserrat Coll.


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