La exclusiva marca francesa se dio cuenta de que el servicio de avisos pagados de Google, AdWords, dirigía a sitios en los que se vendían copias piratas de sus carteras, por lo que presentó una demanda contra el buscador acusándole de piratería de marcas, competencia desleal y publicidad engañosa.
No es la primera vez que Google se ve metida en un lío similar; la empresa californiana ya ha tenido que enfrentarse a demandas de la aseguradora AXA, agencias de viajes o cadenas hoteleras, siempre por culpa de AdWords.
Mediante este sistema, Google remite a los usuarios a direcciones pagadas, lo que permite a las compañías que se publicitan aparecer en una situación destacada cuando el navegante busca información relacionada con sus productos o servicios.
Lo cierto es que, como decimos, AdWords le está trayendo demasiados problemas a Google. Tanto es así que la empresa solicitó a finales del pasado año a los tribunales californianos que determinen si su sistema de publicidad infringe la normativa sobre marcas registradas de las empresas.
La petición a la justicia coincidió, como no, con otra demanda, esta vez de la compañía norteamericana American Blind, dedicada a productos de decoración para el hogar y que exigía al buscador que dejase de insertar anuncios de su competencia con algunas de sus marcas registradas.
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