Noviembre está resultando un mes complicado para Sony Ericsson, el cuarto fabricante mundial de móviles. Primero han sido los problemas con su smartphone Satio, que se ha retirado de las tiendas en el Reino Unido debido a la tasa de devoluciones por parte de sus compradores.
Satio es uno de los teléfono estrella de la temporada de la compañía sueco-japonesa, con cámara de 12 MP y pantalla táctil de 3.5 pulgadas. Pero dos grandes cadenas de tiendas británicas especializadas, Phones 4U y Carphone Warehouse, lo han retirado de sus escaparates después de comprobar frecuentes problemas de funcionamiento del software.
Ahora es otro modelo de smartphone, el Aino, el que da dolores de cabeza a Sony Ericsson. Al parecer, la pantalla táctil no funciona correctamente, un problema serio teniendo en cuenta que la principal utilidad del Aino es servir como control remoto de la consola PS3.
A diferencia del Satio, que ha vendido miles de unidades, el Aino tiene una edición limitada, por lo que el número de afectados es menor. Sin embargo, este nuevo contratiempo supone un revés para los planes de venta de la compañía de cara a la temporada navideña.
Sony Ericsson ha sufrido unas pérdidas de 199 millones de euros en el tercer trimestre del año, y su cuota de mercado ha caído hasta el 5%. Además, ha despedido a casi 4.000 trabajadores en los dos últimos años.
Pese a todo, la compañía confía en recuperar la rentabilidad el año próximo. Una de sus bazas será el lanzamiento del modelo X10, su primer smartphone equipado con el sistema operativo Android.
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