Amnistía Internacional ha comprobado que niños, y sin estar acompañados por una persona adulta, pueden comprar sin ninguna dificultad videojuegos para adultos, tanto en grandes superficies como en establecimientos especializados. Ésta es la primera conclusión del Informe sobre videojuegos Acceder a violaciones de derechos humanos virtuales: un juego de niños presentado por la organización.
La prueba se ha realizado en seis ciudades de cinco Comunidades Autónomas, de las cuales cuatro tienen una legislación que prohíbe específicamente el acceso de menores a videojuegos no recomendados para su edad. En todos los casos, los dependientes a los que Amnistía Internacional consultó señalaron que nunca han recibido indicaciones sobre la prohibición de vender o alquilar videojuegos para adultos a menores. Esta respuesta se obtuvo incluso en las Comunidades Autónomas en las que la legislación recoge esta prohibición. En los establecimientos visitados en catorce ciudades de nueve Comunidades Autónomas, activistas de Amnistía Internacional comprobaron también que no existe una exposición de los videojuegos claramente separada en función de las edades a las que van dirigidos.
Los videojuegos son la oferta de ocio preferida por la población española, especialmente entre adolescentes. “A pesar de la obligación derivada de las normas internacionales de derechos humanos y derechos de la infancia y adolescencia, el Gobierno español sigue apostando por la autorregulación voluntaria de las empresas, sin establecer normas de ámbito estatal que impidan el acceso de los menores a videojuegos clasificados para adultos o que directamente banalizan las violaciones de derechos humanos”, asegura Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.
Para la organización, continúan las deficiencias del sistema de clasificación PEGI; un sistema basado en la autovaloración de las propias empresas de software de entretenimiento, cuya prioridad es la venta y distribución de los videojuegos, y que se adscriben voluntariamente a él. Los iconos descriptores que se incorporan a los videojuegos no aportan una información suficiente ni clara acerca del contenido ni de su clasificación por edad, ni por lo general las personas encargadas de la venta de videojuegos cuentan con la información adecuada para saber interpretar estos iconos.
Amnistía Internacional pide al Gobierno que establezca un marco legal que regule la venta, alquiler y difusión por cualquier otro medio de videojuegos con contenidos nocivos para el adecuado desarrollo de las niñas, niños y adolescentes. AI recomienda que el Gobierno español establezca un marco legal que regule la protección de menores frente a la venta, alquiler y difusión por cualquier otro medio frente a videojuegos clasificados para adultos o que banalizan violaciones de derechos humanos. Esta legislación debe contemplar medidas de control y penalización a quiénes la incumplan; y debe dotar a los padres, madres y menores de mecanismos efectivos de reclamación. Esta iniciativa no es incompatible con las medidas para mejorar el procedimiento de clasificación de videojuegos y de identificación de contenidos del código PEGI.
En cuanto a las Comunidades Autónomas, deben incorporar en su legislación, si no lo han hecho ya, la prohibición de la venta, alquiler y difusión de videojuegos con contenidos que atentan contra los Derechos Humanos y, sobre todo, establecer medidas efectivas para el cumplimiento de esta prohibición.
www.baquia.com
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs