La fanfarria anual de Apple en San Francisco se ha saldado este año con dos lanzamientos estrella (que no estelares, como sucedió el año pasado con el iPhone): el calificado como el portátil más fino del mundo (pero no el más ligero, pues en el mercado hay ordenadores que pesan menos que los 1,3 kilos del MacBook Air), y la tercera tentativa de Apple TV, que tras el discreto paso de sus versiones anteriores pretende, ahora sí, transformar la forma en que vemos películas en casa. La idea es: si la combinación iTunes + iPod consiguió revolucionar la forma en que se consume la música digital, ¿por qué no va a suceder lo mismo con las películas? Alquilémoslas en iTunes, pasémoslas –sin cables de por medio- al aparato y veámoslas en el televisor.
– Vaya hombre, ahora que ya tenía claro que hay que comprarse un Blu-ray y no un HD DVD, resulta que voy a tener que elegir otra vez entre Blu-ray y Apple TV.
– Ay amigo, así de dura es la vida del geek…
Noticias relacionadas
-
¿España?: El país de nadie es profeta en su tierra.
-
¿Será 2019 un buen año para vender tu empresa?
-
Por qué la experiencia del cliente se ha convertido en una prioridad para los CIOs