Seguramente usted nunca se ha parado a contarlos, pero sepa que desde que se levanta por la mañana hasta que se acuesta por la noche está expuesto a varios miles de impactos publicitarios. Quizá por ser tantos, nuestra percepción se acostumbra a obviarlos, y no reparamos en la enorme mayoría. Pero precisamente porque de alguna forma hay que distinguirse del rebaño, una marca se la juega a la hora de elegir un nombre: en tan sólo unos segundos tiene que conseguir llamar nuestra atención, motivar nuestra curiosidad y -fundamental- que retengamos el nombre, tarea nada fácil dada la saturación en la que nos movemos. Por eso esrecomendable tener en cuenta una serie de consejos para bautizar adecuadamente a nuestra empresa o producto. Tampoco está garantizado que el nombre se vaya a retener, pero como mínimo el esfuerzo queda hecho.
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