Cuando Toshiba renunció a fabricar y distribuir su HD DVD, dejando vía libre al Blu-ray de Sony, parecía que ésta no iba a tener problemas para imponer el nuevo formato de DVD de alta definición. Sin embargo, a la vista del escaso éxito de ventas del Blu-ray, cabe preguntarse si, en lugar de ante un ganador y un perdedor, no nos encontramos ante dos derrotados en una batalla por ofrecer un producto que nunca ha llegado a interesar realmente a los consumidores.
Motivos como el alto precio de los reproductores y las películas, la creciente industria del vídeo bajo demanda (a la que en breve podría unirse YouTube), la indiferencia de los consumidores ante las mejoras técnicas o el escaso aprovechamiento de las opciones interactivas enturbian seriamente el futuro del Blu-ray, que, o mucho cambian las cosas, o podría pasar a engrosar el panteón de los fiascos tecnológicos.
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