Hace dos meses, Google denunció un ataque a gran escala contra su red proveniente de China, y anunció que se estaba planteando abandonar el país. El Gobierno respondió que Google tenía que cumplir las leyes de su país, lo que implica seguir censurando los resultados de sus búsquedas.
El pulso se fue alargando y algunos señalaron que si Google iba a decantarse por una solución drástica, lo hiciera de una vez o dejara de marear la perdiz. Y parece que eso está haciendo.
Primero, el Financial Times advirtió el fin de semana que Google estaba segura en un 99,9 por ciento de dejar el país. Pero llevábamos semanas oyendo cosas similares, así que no nos lo creímos mucho.
Sin embargo, ahora China ha advertido a los socios locales de Google que se preparen por si la empresa abandona el país. No es sólo que el Gobierno se preocupe por sus servicios online, es que tienen que preparar sus propios sistemas de censura.
Los analistas consultados por The New York Times creen que si la empresa sale del país, los usuarios chinos accederían -salvo bloqueo de las autoridades- a los resultados de su versión estadounidense, que está sin censurar. De forma que las páginas chinas que integrasen el buscador tendrían que introducir sus propios filtros.
El órdago se ha alargado meses, y por fin parece que van a descubrirse las cartas. La cuestión es, ¿va en serio o todo era un gran farol?
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