Cobrarlo todo, la última moda de Internet

Primero fueron los servicios online, luego los buscadores; más tarde los portales, el \’Push\’, las salidas a bolsa, el capital riesgo, el turco Mahir y \’All Your Base Are Belong to us\’. La Red ha sido siempre excelente caldo de cultivo para modas infecciosas que se extienden entre el público, las empresas y hasta los mercados como verdaderas plagas. La idea de cobrarlo todo es tan sólo la última de esta larga serie. Como muestra, hay toda una botonera; empezando por FuckedCompany, el nodo creado por un veinteañero estadounidense que se ha hecho archiconocido recopilando rumores y noticias de desastres de empresas puntocom.

El mismo \’Pud\’ Kaplan, creador del servicio, se declara sorprendido por el éxito: 941 de sus lectores pagan entre 25 y 75 dólares al mes por acceder a su servicio \’premium\’ de cotilleos calentitos, generalmente anuncios del inminente deceso de empresas del ramo. Los ingresos son jugosos, sobre todo teniendo en cuenta lo reducido de los costes (la información la ponen los lectores, y el mantenimiento lo hace él). La idea parece razonable, superficialmente. Aunque si tenemos en cuenta que el nodo llegó a tener millones de morbosos visitantes, la tasa de conversión en clientes de pago parece baja. Sin mencionar la dudosa moralidad de hacer dinero a partir de información ajena…

Que es un modelo que se repite, al parecer. Así Gracenote, compiladores de la base de datos de canciones CDDB, han empezado a exigir una licencia por el acceso a su servicio, que permite localizar el título de las canciones de un CD (por ejemplo, lo usa WinAMP). Nada que objetar, excepto que la información fue almacenada como parte de un proyecto comunitario; cientos de infelices teclearon las canciones de miles de CDs, y ahora no sólo ven como otros se aprovechan de su trabajo: además, quieren patentarlo. Ante las intenciones de Gracenote se desarrolló el proyecto FreeDB.org, paralelo y gratuito, que quiso utilizar en su software la empresa Roxio. Hasta que Gracenote le ha demandado… La comunidad \’open source\’ en el más amplio sentido del término está que arde; no sólo se quedan con el trabajo ajeno, sino que intentan evitar que se repita para hacerlo abierto vía ley. Muy, pero que muy feo.

Más o menos paralelo es el afán de crear un Napster de pago que la compañía y su respaldo Bertelsmann siguen desarrollando. Tan avanzados están que ya han pedido voluntarios para ponerlo a prueba, revelando además alguna de sus características: las canciones no se podrán grabar en CD-R y tendrán limitada su calidad. Teniendo en cuenta que hasta ahora las canciones no estaban en las máquinas de Napster Inc. la cosa no parece sencilla. Pero sacar dinero del aire es demasiado tentador para los ejecutivos, según parece; de momento lo único que han conseguido es convertir el servicio en irrelevante. Gran triunfo, sí.

Desde luego la plaga se extiende. Todo el mundo y su perro declara estar dispuesto a lanzar servicios de pago de alta calidad, pero lo único que se ve es el cobro; de la alta calidad (cuya rentabilidad es en sí misma puesta en duda) nada aparece. El ejemplo de Salon y su servicio \’Premiun\’ es relevante; según todos las críticas realmente no merece la pena pagar, a no ser por cariño al proyecto. Lo cual convierte la suscripción en una obra de caridad en lugar de una proposición comercial; y teniendo en cuenta que David Talbot, director de Salon.com, cobra 42.627.252 pesetas (256,191 Euros, 226,000 dólares) al año, la caridad no parece justificada. Los problemas financieros de la compañía no van a resolverse así, y método no parece generalizable; así no vamos a ninguna parte


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