En cuestiones de privacidad en la Red, hay dos grandes problemas. Uno es que las empresas cada vez tienen normas de control de información más ambiguas, confusas o directamente interesadas. El otro es que los usuarios se bastan solitos para contarle al mundo más información de la que deberían, arriesgándose, por ejemplo, a que les desvalijen cuando salen de casa.
Un estudio de Consumer Reports indica que el 52 por ciento de los usuarios de redes sociales ofrece voluntariamente información \”de riesgo\”, es decir, aquella que pueda hacerles más vulnerables a los delitos electrónicos.
Antes de que empiecen a lamentarse de lo inconscientes que son los adolescentes, sepan que el dato se refiere sólo a usuarios adultos, que deberían saber que los datos personales como su fecha completa de nacimiento están mejor a buen recaudo que a la vista de todo el mundo.
El nueve por ciento de los 2.000 encuestados habían sufrido algún problema en el último año, como infecciones de malware en sus equipos, estafas, robo de identidades o acoso. Y aquellos que comparten información sensible son especialmente vulnerables a estos peligros.
Para evitarlo, la organización de consumidores insta a los usuarios a utilizar una contraseña segura (por favor, no más Password1), comprobar que tenemos en funcionamiento los controles de privacidad del servicio y que no se ha incluido nuestro perfil en los resultados de buscadores.
Además, hay que supervisar el uso que hacen los menores de estas redes y evitar compartir información como la mencionada fecha de nacimiento, los nombres de los niños si alguien sube una foto o las fechas en las que no vamos a estar en casa.
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