Ya sabemos que la Web 2.0 ha cambiado muchas cosas relacionadas con la toma de decisiones de consumo: las opiniones, comentarios, experiencias y recomendaciones de otros usuarios se han convertido en una fuente mucho más fiable que canales tradicionales como la publicidad, las guías o los folletos.
Claro que esto genera un riesgo de intrusión: cualquiera puede adoptar el papel de supuesto consumidor complacido y deshacerse en elogios sobre una compañía. Una práctica frecuente, que puede provocar una grave pérdida de credibilidad si se descubre.
Es el caso de la clínica Lifestyle Lift, pillada in fraganti en el papel de cliente satisfecho. Se trata de una clínica de cirugía estética que cuenta con 32 centros repartidos por todo Estados Unidos, según cuenta The New York Times.
La empresa dio instrucciones a sus empleados para que escribieran reseñas positivas sobre sus operaciones de lifting en diferentes páginas web. La clínica había creado incluso algunas webs dedicadas a las operaciones estéticas para insertar en ellas sus comentarios, intentando hacerlas pasar por fuentes independientes.
Pero una vez descubierto el montaje, le va a salir muy caro a la clínica: los 300.000 dólares que pagarán al estado de Nueva York en multas y costes le van a parecer una ganga comparados con la pérdida de reputación y confianza.
Según Andrew M. Cuomo, fiscal general de Nueva York, el intento de Lifestyle Lift de “generar negocio engañando a los consumidores es una conducta cínica, manipuladora e ilegal”.
Tal vez sea el momento de volver a abrir el debate sobre el anonimato y la autenticación de los comentarios en la Red.
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