Parece que Microsoft tiene intención de repetir en el pujante sector de las tablets la estrategia que le convirtió en el dominador universal del software en los PCs: acuerdos con multitud de fabricantes (más de 20) para que incorporen en sus aparatos táctiles su sistema operativo Windows 7.
El problema aquí es la desventaja con la que parte respecto al iPad de Apple, por lo que hay que aprovechar cualquier oportunidad para intentar recortar la distancia. Por ejemplo, afirmando sin rubor que el iPhone 4 será para Apple lo que Vista fue para Microsoft. O sea, un desastre. Y se quedan tan anchos.
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